sábado, 5 de abril de 2014

Arte Barroco en Portugal



ARTE BARROCO
  

El barroco llegó a Portugal más tarde que al resto de Europa y por eso se manifestó de forma diferente, pero siempre con gran intensidad. Si en los exteriores lo que impresiona es la espectacularidad y dimensión de los monumentos alzados en los siglos XVII y XVIII, los interiores sorprenden por la riqueza decorativa. Una de sus principales características es la profusión de talla dorada y azulejos, pero también se expresa en la escultura, pintura, cerámica, orfebrería, mobiliario o textiles.

De forma más soterrada, sin embargo, la reacción contra el formalismo del alto Renacimiento se había manifestado ya en la última etapa de Rafael y Miguel Ángel, en los manieristas y en la escuela pictórica de Venecia. No existió, pues, una ruptura repentina, sino una paulatina transformación de los ideales estéticos, que no se desarrollaron de forma simultánea en todo el ámbito europeo. 
Presenta en su origen un evidente  peyorativo ya que, al parecer, tiene su etimología en el portugués "barrueco" (perla defectuosa). Fue acuñado por los tratadistas neoclásicos en el s. XIX para caracterizar de exageradas, grotescas y extravagantes las formas artísticas del s. XVII y parte del XVIII.
Surge por evolución del Propio Renacimiento, pero será diferente dependiendo del país donde se desarrolle. A pesar de su origen italiano cuajó rápidamente en el resto de Europa. <> Expresa las luchas entre "Fe y Razón" que caracterizan a la Europa de la época. En este mismo tiempo, se desarrolla tambien la gran revolución científica. El s. XVII no sólo es moderno en cuanto a los descubrimientos científicos, sino tambien por la manera como concibe la ciencia que se fundamenta en la experimentación.
Para muchos teóricos, el barroco es el fruto de la evolución natural de las formas artísticas manieristas.  Otras teorías insisten en vincular el barroco con el fenómeno de la Contrarreforma.  Y otros más aún, insisten en el hecho de que el barroco pudiera servir de justificación a los fines de las monarquías absolutas.