miércoles, 7 de mayo de 2014

tapetes Portugal

ALFOMBRAS EN LA CALLE





Dentro de las costumbres que se mantienen en aldeas, villas y ciudades portuguesas en los días de celebración de sus fiestas tanto locales como religiosas, sorprende por su colorido y el lugar de celebración los “tapetes florais”, alfombras hechas en el medio de la calle a base de pétalos de flores, que durante días, generalmente las mujeres, recogen en el campo.
La alfombra de flores, de medio metro aproximado de anchura, recorre un camino que con frecuencia es el que une dos puntos de interés religioso, como ermitas, iglesias,  estatuas de santos o de la Virgen.
Durante la noche anterior estas mujeres decoran el suelo con las flores, algunas hojas , ramas y serrín de colores, mientras miran al cielo esperando que un lluvia inesperada y no siempre predecible les malogre el trabajo que con tanto esfuerzo e ilusión han preparado durante  dias
El resultado es una bonita alfombra colorista, que solo espera el paso de la omnipresente procesión del Santo Patrón o la Virgen, y presidida por el “padre”, sacerdote que estará acompañado tanto por las autoridades locales como por  un numeroso publico, que mantiene el profundo sentimiento religioso, especialmente en el mundo rural.
Les sigue un cortejo de cruces, hombre y mujeres con capas, casi siempre rojas, y pendones de las Asociaciones, tanto religiosas o culturales, pues en casi todos los lugares o barrios se forma la ACR (Asociación Cultural Recreativa) que se encarga de dinamizar a sus miembros con caminatas, campeonatos de juegos de mesa, reuniones, fiestas, y colaboración en fiestas y actos sociales, para lo que suelen disponer de un local que cuenta con bar regido por alguno de sus miembros.
Es este un Portugal que trata de mantener sus tradiciones seculares, que  un mundo globalizado trata de engullir y unificar, pero que todavía tienen la fuerza suficiente para perdurar en muchos lugares del país

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